La racha continúa. Desde Barcelona 1992 el tenis de mesa español siempre ha conseguido subir al podio en cada edición de los Juegos Paralímpicos. En París ha mantenido su idilio con las medallas gracias a Ander Cepas, uno de los jóvenes talentos, una perla que ha roto amarras para dejar de ser una promesa y convertirse en una realidad. A sus 20 años, aún en proceso de cocción, ya brilla entre los mejores del mundo en clase 9. El palista donostiarra, sin complejos, con el descaro que le aporta la juventud y con un talento descomunal, ha conquistado el bronce.
En la capital francesa solo le ha frenado en semifinales el belga Laurens Devos, oro paralímpico en Río de Janeiro y en Tokio, bicampeón del mundo y séxtuple campeón europeo. Es imbatible, no pierde desde 2016, cuando le ganó el granadino José Manuel Ruiz. El deportista vasco, forjado en el CAR de Madrid por Rafael Taboada, desafió a un mito de este deporte, sin presión le plantó batalla con su juego agresivo y de carácter ofensivo, con buen resto y saque, pero acabó cediendo por (7-11, 8-11 y 7-11).
Su camino hasta el podio lo inició en octavos de final con una victoria por 3-1 (11-9, 9-11, 11-7 y 11-9) frente al japonés Koyo Iwabuchi. En cuartos superó al ucraniano Ivan Mai por 3-0 (11-3, 12-10 y 11-7), asegurando la presea. En semis fue eliminado por Devos, su ídolo a pesar de que solo le saca cuatro años. Un sueño cumplido, medalla de bronce para Cepas en su bautismo en unos Juegos. Y eso que su participación en París no arrancó bien al perder en primera ronda en dobles junto a Jorge Cardona cuando figuraban como una de las parejas favoritas para obtener metal.
Abatido y frustrado, el joven tuvo que resetear mentalmente para centrarse en la prueba individual, una reválida que ha sabido aprovechar con nota alta. Pese al éxito, no despega los pies del suelo. Encaramado en el número tres del ranking mundial, cree que hasta dentro de una década no alcanzaría su mejor pico deportivo. Su trayectoria recién acaba de comenzar, le queda mucho recorrido y aspectos por pulir, pero ya brilla con luz propia en la élite.
Nació con una hemiparesia lateral derecha provocada por la falta de oxígeno durante el proceso de parto. Tiene espasticidad en el brazo y en la pierna, así como poca movilidad y habilidad. El tenis de mesa le ayudó a espantar complejos cuando era pequeño, cogió su primera pala a los 10 años al picarle el gusanillo tras recibir en su colegio la visita de algunos integrantes del Club Atlético San Sebastián. “Me enganchó la velocidad con la que se juega, la adrenalina que sentía. Me pasaba todas las tardes jugando, sin más pretensión que divertirme, jamás pensé que llegaría lejos”, aseguraba en una entrevista con dxtadaptado.com.
Debutó internacionalmente en 2018 y al principio le costó encadenar buenos resultados ya que estaba clasificado en clase 10, una categoría que no le correspondía por su discapacidad, pero le permitió mejorar porque tenía que exigirse más. En 2021 bajó a clase 9 y en los tres últimos años ha dado un desmedido estirón, luciendo una treintena de medallas. En este tiempo se ha nutrido de grandes jugadores como Álvaro Valera, José Manuel Ruiz, Jordi Morales y Jorge Cardona. Ahora, arropado por ellos en París, ha saboreado su metal más dulce, el bronce paralímpico.
El resto de españoles, sin suerte
El resto de españoles no tuvo suerte y el que más cerca se quedó de las medallas fue el aragonés Cardona, también en clase 9, que ganó su primer partido por 3-1 al chino Chaodong Liu y en cuartos cedió frente al francés Lucas Didier por 1-3. En clase 2 el madrileño Miguel Ángel Toledo perdió en octavos con el francés Fabien Lamirault (1-3) e Iker Sastre con el chileno Luis Flores (1-3). En clase 3 Eder Rodríguez venció en la primera ronda por 3-0 al sueco Alexander Ohgren, pero cayó por 0-3 ante el alemán Thomas Bruechle en octavos.
En clase 4 el extremeño Javier López Sayago perdió 0-3 con el surcoreano Young-Gun Kim. En clase 8 el ibicenco Alejandro Díaz fue eliminado en octavos por el ucraniano Maksym Nikolenko (0-3). Álvaro Valera no pudo despedirse del tenis de mesa con medalla. Ganó en octavos en clase 6 al chino Jiaxing Huang por 3-1 y perdió en cuartos por 0-3 con el estadounidense Ian Seidenfeld. El palista andaluz se retira con un palmarés excelso: 6 medallas paralímpicas, 9 mundiales y 19 europeas, junto a más de un centenar de metales en torneos internacionales.
Su compañero de dobles durante dos décadas, Jordi Morales, también perdió en su primer encuentro en clase 7 con el chino Yan Shuo (1-3). El catalán deja la pala tras 25 años en la élite, en los que ha acumulado tres medallas paralímpicas, seis preseas mundialistas y 11 europeas. Y en clase 10 José Manuel Ruiz, que hizo historia al convertirse en el primer deportista español en competir en ocho Juegos Paralímpicos, fue eliminado en primera ronda por el chileno Manuel Echaveguren (1-3).