Era una de las grandes promesas de España en los 400 metros vallas y durante años se negó a competir en pruebas de atletismo adaptado por “vergüenza” ya que no quería que la gente supiese de su discapacidad intelectual. Pero en diciembre de 2023, David Pineda rompió esa barrera mental y decidió aprovechar la oportunidad que se le presentaba. Quería ir a los Juegos Paralímpicos de París y subir al podio. Era el tapado, el desconocido y ha deslumbrado sobre el tartán del Stade de France con una medalla de plata en 400 metros T20. Su nombre ha quedado grabado para siempre en la historia del deporte español.
La pistola de salida perfora el silencio cuando la mano del juez aprieta el gatillo. Rugen las tribunas y Pineda impulsa sus muslos, fija la vista en la pista violeta en los primeros pasos, rostro tenso, ceño apretado. A medida que sus zancadas incontenibles aumentan clava sus ojos en el horizonte, ahí aguarda la meta que en poco más de 47 segundos cazará. El ‘rayo’ numantino ha dejado su huella en su estreno internacional.
Es uno de los últimos atletas de la selección en llegar a toda velocidad. Una sorpresa, un as en la manga. “Era una idea que me habían planteado muchas veces, pero era muy reacio, siempre respondía con un no. En la adolescencia me daban el carnet en el que aparecía mi discapacidad y siempre lo rompía. Sentía miedo a lo que pensara el resto, también por desconocimiento. Ahora vi que era el momento adecuado y he aprovechado la oportunidad”, comentaba en una entrevista con dxtadaptado.com.
Sus primeros 12 años los vivió en Los Jovillos, un distrito del municipio de Azua (República Dominicana), un barrio donde las necesidades abundaban, con cortes de suministro y donde acceder al agua potable era una odisea. Creció en el seno de una familia numerosa y humilde que se dedicaba al campo. Él es el mayor de cinco hermanos. Cada día antes de ir a la escuela ayudaba a su padre a sembrar y a recoger la cosecha de plátanos, mangos o aguacates. Le apasionaba el béisbol, que lo practicaba con un bate fabricado con una botella de plástico y con un palo de madera encajado. En 2010 aterrizó en Soria, donde su madre había llegado antes para trabajar en una fábrica de piezas de automóvil.
El atletismo se cruzó en su camino por casualidad, tras visitar la tienda de deportes de Abel Antón y Fermín Cacho, legendarios atletas sorianos. Y empezó a entrenar con Kike Márquez en el Club Atletismo Numantino. “El primer día fui con unas zapatillas de calle -ríe-. No tenía dinero para comprarme unas con clavos y en el club me las dieron. El deporte me cambió”, recalca. No tardó en destapar sus cualidades, habilidad y potencial, que lo llevaron a ganar metales en categorías inferiores. Comenzó en pruebas combinadas, siendo campeón de España en cadetes y medallista en juvenil, pero se especializó en 400 metros vallas. En 2017 se proclamó campeón de España y ganó un bronce en el Europeo con récord sub 20 (50.41), que no se batía desde 1976.
Las lesiones le cortaron las alas y vio una ventana abierta en el atletismo adaptado. Dejó las vallas y se centró en los 400 metros lisos. En junio de este año acudió al Grand Prix de París y batió el récord de Europa (47.03 segundos), consiguiendo la mínima para los Juegos. Dos meses después ha alcanzado la cima con una plata paralímpica. Concentrado, confiado y con hambre, desde la calle 5 pegaba saltos antes de la salida. Iba a por las medallas. Estalla el estadio extático y Pineda arranca explosivo, siendo quinto en los primeros 200 metros. Rápido y sin gastar toda la energía, apretó en la curva, adelantando a varios rivales y cruzando la meta en segundo lugar con 48.24 segundos. En una curva festeja envuelto en la bandera española. Solo se inclinó ante el colombiano Jhon Sebastian Obando (48.09). Es la medalla número 25 para España.
Jarro de agua fría con Adi Iglesias
La cruz de la moneda había llegado unos minutos antes con Adi Iglesias, quien no pudo acceder a las medallas en su prueba, los 100 metros T13. La campeona en Tokio 2020 se llevó un jarro de agua fría al quedarse sin subir al podio tras finalizar en la quinta posición con 12.51 segundos. “Estoy un poco en shock, me veía muy preparada para revalidar mi título, físicamente y mentalmente me veía bastante bien, pero no ha salido. Lo he dado todo, ahora a toca reflexionar, me ha fallado algo en los últimos 50 metros. Voy a intentar sacar lo mejor y seguir preparando la siguiente prueba -400 metros lisos- que tengo el día 5”, ha explicado.