Los ojos azules de ambas, del mismo color de la piscina que unos minutos después iban a devorar, relampaguearon de furia cuando salieron de la cámara de llamadas y divisaron el horizonte. Allí esperaban las medallas y las dos querían estar en el podio. Núria Marquès, con una plata, y Tasy Dmytriv, sorprendiendo con un bronce, firmaron el doblete español en la prueba de 200 estilos SM9 en una carrera trepidante y de alternativas. Con este nuevo éxito, España supera las 36 medallas cosechadas en Tokio 2020 a falta de tres jornadas.
El inconformismo y la ambición que desprende en sus brazadas Núria, la joya de Castellví de Rosanes (Barcelona) que pule Jaume Marcé en el CAR de Sant Cugat, parece que también ha contagiado a su compañera, la almeriense Tasy, el tornado rubio de 16 años que se bebió a bocanadas La Défense Arena hace unos días ganando el oro en 100 braza SB8. Las dos también habían ganado un bronce en el relevo 4×100 estilos mixto 34 puntos. Y las dos igualan a Marta Fernández y al ciclista Ricardo Ten como las deportistas españolas más laureadas en estos Juegos Paralímpicos.
La catalana, de 25 años, se muestra despiadada cada vez que se lanza al agua y ha cerrado su participación en París con otra plata, como ya hiciera en los 100 espalda S9, dejando su impronta con un rendimiento espectacular. Es su séptima presea paralímpica, ya que en Río de Janeiro 2016 ganó oro y plata y en Tokio 2020 plata y bronce. Con 2:34.19 batió el récord de España. A su lado, una radiante Tasy, que ya rompe moldes siendo una adolescente. La joven entrenada por Patricia Prieto, con gallardía, pundonor y voracidad se coló en el podio haciendo marca personal (2:37.64). Solo se inclinaron ante la húngara Zsofia Konkoly (2:33.31).
La línea de poyetes recibió una procesión de reinas, la británica Toni Shaw, la australiana Lakeisha Patterson, Konkoly y las dos españolas. Faltaba Sarai Gascón, que sorprendentemente se quedó fuera de la final. Al sonido de la bocina todas se lanzaron con alma de tiburón. Nadando por la calle 7 la catalana pasó en segundo lugar por el tramo de mariposa, mientras que en el carril 6, a su derecha, Tasy tocaba la pared séptima. Con la espalda, su especialidad, Núria adelantó a la húngara para ponerse en cabeza y la andaluza pasó quinta.
En el tercer largo la barcelonesa mantuvo la primera posición, mientras que Tasy demostró que es la mejor en la braza y veloz se colocó en puestos de medalla. Sintió la amenaza de Toni Shaw y necesitó toda su energía para completar en el crol su magnífica actuación y cazar el bronce. Núria lo intentó en el nado libre, se vació, pero tuvo que conformarse con la plata ya que Konkoly puso en ebullición el agua y lanzó un ataque final para colgarse el oro. Las dos españolas, abrazadas, celebraban un doblete histórico. La natación, con 15 medallas, supera las 13 que consiguió en Tokio.
“Mi mejor estilo es la braza y ahí es donde tengo mi punto fuerte y he intentado sacarlo al máximo. Ha sido muy especial ganar con Núria, ya he nadado con ella muchas veces esta prueba, pero esta ha sido la mejor. He dejado la presión a un lado y he disfrutado. Tres medallas en mi debut, es un sueño que tenía desde pequeña, venía sin expectativas y me ha ido muy bien. Le haremos un hueco en el salón de casa para ponerlas”, ha comentado Tasy.
“Había preparado muy bien esta prueba, al llevar ya más de rodaje en este campeonato los nervios estaban un poco más calmados y la he podido gestionar mejor. Iba a por el oro, me hubiese encantado ternelo, pero la rival ha sido muy fuerte. Por otro lado, ha sido especial nadar junto a Tasy, la ‘peque’ del equipo, me hace mucha ilusión. Ha sido una medalla muy luchada y trabajada, cada vez hay más nivel y es complicado arañarle décimas al crono. Estoy muy feliz con mi participación en estos Juegos”, ha añadido Núria.
