Fue la deportista española más laureada en Tokio 2020 con tres metales y en los Juegos Paralímpicos de París ha iniciado el camino para repetir ese honor. Marta Fernández ha mordido su primera medalla en La Défense Arena, un bronce tan grande como su entrega en 50 espalda S3. Desde hace tres años, cuando irrumpió a nivel internacional, ganar preseas se ha convertido en una rutina para la brava nadadora burgalesa, no hay competición en la que se le resista el podio.
Su rostro apacible se transforma en la piscina, donde emerge voraz y dispuesta a dar dentelladas. En el agua se siente poderosa, sin límites, pese a la enfermedad neurodegenerativa que tiene y cuya espasticidad va cada vez a peor. Nada le detiene, ni siquiera los problemas físicos que aumentan cada año, su rendimiento sigue siendo espectacular. Lo ha demostrado en su primera final en la capital francesa al subir al podio. Es la medalla número 20 para España en la cita magna.
Apenas había preparado la prueba de espalda esta temporada, así que el sabor es aún más dulce. Consciente de que el oro era inalcanzable porque la británica Ellie Challis está un peldaño por encima del resto, y que la rusa Zoia Schurova también estaba más fuerte, la castellanoleonesa iba a librar un pulso tenaz con la italiana Domiziana Mecenate. Desde la calle 3 salió con firmeza, controlando su nado, clavando cada aleteo con energía. A mediación de la prueba apretó los dientes, aceleró y estirando una última mano llena de hambre alcanzó a tocar el panel de cronometraje con un tiempo de 1:00.46 para llevarse el bronce.
“La he ganado en espalda, que la he nadado poco este año, así que con ganas de seguir mejorando, es una buena forma de empezar. Me había puesto mala antes de llegar a París y eso generaba una incertidumbre, han sido días muy duros, pero gracias a que tengo a mi entorno aquí, que me ha dado confianza para tirarme hoy con la cabeza puesta en luchar por todo”, ha comentado.
La primera medalla tiene una dedicatoria especial, para su madre, fallecida a finales del pasado año. Luchó contra un cáncer durante ocho años y se convirtió en un ejemplo de perseverancia para Marta. Tendrá 24 horas para tratarse con los fisioterapeutas del Comité Paralímpico Español y descansar, porque este martes irá a por la segunda ya que figura entre las favoritas en 100 libre S3. Y el miércoles nadará el 50 braza SB3, en la que defenderá su corona paralímpica.
En cuanto al resto de españoles, Marian Polo se quedó a cuatro centésimas del bronce en 50 libre S13 al quedar cuarta con 27.64. En esa misma prueba Emma Feliu fue séptima con 27.99. Daniel Ferrer fue sexto en 50 espalda S3 (53.69), Ariel Schrenck octavo en 50 libre S9 (26.18), Luis Huerta octavo en 100 braza SB4 (1:53.97) y Berta García sexta en 100 braza SB4 (1:57.99).